sábado, 4 de julio de 2009

GESTION, TICS, MATEMATICA


Las Instituciones de Educación Superior desempeñan un rol fundamental en la formación de recursos humanos del más alto nivel y en la creación, desarrollo, transferencia y adaptación de tecnología de manera que lo que ellas hacen para responder adecuadamente a los requerimientos de la sociedad moderna se constituye en un imperativo estratégico. Las Universidades son reconocidas cada vez más como instrumento de desarrollo de ciudades, regiones y países, y están consideradas como un factor clave para incrementar la competitividad y calidad de vida. El desafío para las instituciones de Educación Superior es el de enfrentar un mundo en el cual los sistemas productivos están en permanente transformación. En ese sentido Cabero (citado por De Farías 2001) afirma que: “Los cambios en las comunicaciones han modificado la forma de percibir el tiempo y las distancias, a la vez que abren nuevas perspectivas para la docencia y la investigación”.
La organización de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO, 1998, citado por Astudillo 2004) se ha referido a los retos que deben enfrentar las universidades ante los nuevos tiempos señalando que necesitamos de una educación superior, de misiones esenciales como: la docencia que implica el más
Alto nivel y profundidad en el conocimiento de la disciplina que corresponda a la carrera universitaria, la investigación que se corresponde con la generación de nuevos conocimientos o la búsqueda de soluciones a problemas que la sociedad demande y la extensión es acción hacia y en beneficio de la sociedad.
La educación superior es la base sobre la cual los países se sostienen para superar sus carencias, ella constituye el instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia ideales de paz, libertad y justicia social. Uno de los nuevos paradigmas de la sociedad es el de organizarse de manera de facilitar la generación del conocimiento, acopiar y difundir sus posibilidades de manera de poder usarlo eficientemente. Esto es lo que hoy en día se ha denominado la “sociedad del conocimiento”. Este novedoso concepto permitirá la interacción entre los actores con lo cual se rescataran los valores de la sociedad y se garantiza el beneficio colectivo.
Para la generación de este conocimiento partiendo del diseño de soluciones a problemas concretos estableciéndose una relación entre la educación superior y las tecnologías de las información y la comunicación (TIC) requiriéndose para esto una formación integral, eficiente, aprendizaje constante, desarrollo de habilidades para la búsqueda, selección, organización y uso eficaz de la información, trabajo en equipo y responsabilidad en la toma de decisiones.
Para Páez Urdaneta, (citado por Astudillo, 2004), la universidad debe implementar un modelo donde se sintetice, gestione y dirija la investigación hacia las necesidades de su entorno como un catalizador para la producción de conocimiento. Las TIC no sólo van a incorporarse a la formación como contenidos a aprender o como destrezas a adquirir, serán utilizadas de modo creciente como medio de comunicación al servicio de la formación. Las aulas virtuales, la educación en línea a través de redes informáticas, es una forma emergente de proporcionar conocimientos y habilidades a amplios sectores de la población. Las instituciones que ofrecen formación presencial están comenzando a utilizar las nuevas tecnologías como recurso didáctico y como herramienta para flexibilizar los entornos de aprendizaje. En la actualidad hay programas mixtos, en los que estudiantes asisten a unas pocas clases y siguen formándose en sus casas o puestos de trabajo a través de cursos en línea de la institución, accediendo a los profesores cuando lo necesiten.
Esta nueva visión está propiciando la aparición de nuevos tipos de instituciones educativas, como: Universidad Oberta de Catalunya emplea la telemática haciendo posible así la comunicación entre profesores y estudiantes, entre los propios estudiantes, de modo sincrónico y asincrónico, y el acceso a recursos de otras instituciones, centros y servicios de modo global; otro ejemplo seria la Western Governors University que no tendría espacio físico, ni siquiera profesores propios: contratará la educación a distancia a otras instituciones y/o empresas, así como los servicios de evaluación y certificación de los conocimientos.
En este orden de ideas Graves, (citado por Inforhum, 2000) desarrolla la idea de una “meta-universidad” donde se proporcionaría información al estudiante sobre distintas posibilidades de formación a distancia o mixta presencial /a distancia, de calidad contrastada, autentificaría las transacciones entre los estudiantes y los proveedores de formación y mantendría un registro de la formación adquirida por los estudiantes a fin de que estos pudieran lograr la certificación de sus conocimientos, bien a través de la propia meta-universidad o de organismos especializados participantes. Estos nuevos entornos exigen nuevos roles en profesores y estudiantes: los docentes pasarían de ser la fuente única de información al papel de facilitador y consejero sobre fuentes apropiadas de información, el de creador de hábitos y destrezas en la búsqueda, selección y tratamiento de la información y los alumnos de meros receptores pasivo a agentes activos en la búsqueda, selección, procesamiento y asimilación de la información.
De lo anterior se desprende la necesidad de incorporar las TIC al desarrollo profesional de los docentes, ya no se reduce solo a que éstos conozcan y manejen equipos tecnológicos. El actual desafío está, sobre todo, en conseguir que los profesores y futuros profesores reflexionen, investiguen y comprendan cómo los estudiantes de hoy están aprendiendo a partir de la presencia cotidiana de la tecnología; cuáles son los actuales estilos y ritmos de aprendizaje de la niñez y juventud, configurados desde el uso intensivo de las TIC, cuáles son las nuevas capacidades docentes que se requieren para enfrentar adecuadamente estos retos y qué cambios deben producirse en la cultura escolar para avanzar de acuerdo a los tiempos, a las demandas sociales y a los intereses de los estudiantes. Esto que hasta hace poco se denominaban “nuevas” o “modernas” tecnologías de información y comunicación, ya son parte de la rutina diaria de las personas, particularmente de los niños y jóvenes, que acceden cada minuto a formas de comunicación radicalmente distintas a las de las décadas pasadas. En el caso de la matemática cabe señalar que Mora (2002) sostiene que:
La didáctica de la matemática se ha de concebir como un cuerpo interdisciplinar que requiere del apoyo de otras disciplinas tales como: Antropología, psicología, ciencias naturales, informática y la matemática, que sirven de fundamento para que adquiera una estructura propia y científica (p.22).

Al respecto se puede afirmar que no todas las disciplinas que ayudan al constructo científico de la didáctica de la matemática, tiene el mismo peso e influencia, no obstante en la actualidad una de las de mayor peso es la informática y enmarcada en esta se ubica las TICs. En ese sentido De Farías (2001) afirma que:
Ø Vivimos en un mundo matemático

Ø Pensamiento matemático de alto nivel y capacidad para resolver problemas

Ø Nuestro deber: proveer a nuestros estudiantes una educación matemática de alto nivel en un mundo de cambios tecnológicos que permiten ampliar y profundizar conceptos matemáticos

Ø Modifica los modos de pensar, conocer, aprender y actuar

Ø Matemática-Tecnología digital: una relación simbiótica.

Ø Optimiza la realización de simulaciones de alta complejidad.

Ø Permite la manipulación dinámica de objetos matemáticos.

Ø Brinda nuevos ambientes de aprendizaje.
Ø Propicia el trabajo colaborativo

Ciertamente las TICs son socialmente y científicamente legítimas, pero a nivel de la escuela, esas legitimidades no son suficientes para asegurar la integración., porque no se busca que la enseñanza forme alumnos aptos para funcionar matemáticamente con esas herramientas, sino que esencialmente permitan aprender más rápidamente, mejor, de manera más efectiva evidenciada en términos de la Excelencia Académica. Lo que se necesita entonces es asegurar la legitimidad pedagógica de estas herramientas, para que los docentes puedan hacer frente a las dificultades que inevitablemente van a encontrar, que sean capaces de identificar las necesidades matemáticas y técnicas de sus entorno educativo y de responderlas eficazmente; Esto conlleva afirmar que inclusión de las TICs no son la panacea o la solución a la complejidad e infinidad de problemáticas que conlleva el aprendizaje de la matemática. No obstante si hay una Gestión adecuada para el uso de estas tecnologías en su estudio se puede mejorar en algunos aspectos la situación en general de esta disciplina.

Cabe señalar el planteamiento de Astudillo (2004), en el cual indica lo siguiente:
En la actualidad las instituciones universitarias tienen el reto de establecer e instituir una gestión activa, de cara a la época que se vive, caracterizada por la incertidumbre reinante en el plano económico y la facilidad con la cual el progreso tecnológico se transforma en innovación, donde nada es estable y todo es cambio; estas instituciones deben adaptarse para armonizar en un ambiente donde la norma es y será la turbulencia (p.3).
En ese sentido es necesario tomar conciencia que una buena Gestión es un camino seguro para consolidar una plataforma tecnológica en las instituciones educativas, ya sea generando políticas educativas desde la más alta jerarquía o un modelo de gestión para la administración de las mínimas unidades académicas constituidas por las cátedras, en este caso sería la cátedra de matemática. Para ello es fundamental que se consideren las condiciones pedagógicas para el estudio significativo de la matemática en el nivel de Educación Superior, es necesario articular elementos básicos que permitan la generación de ambientes de aprendizajes propicios donde el conocimiento matemático, los estudiantes, el profesor, el espacio de aprendizaje (aula física o espacio virtual) y el material de aprendizaje (textos guías de aprendizajes, material digital, etc.) se ponen en correspondencia para el logro del fin último de la clase: el aprendizaje significativo de la matemática medido en términos de Excelencia Académica .

1 comentario:

Antonio dijo...

Me alegra saber que la distancia ya no es un obstáculo para enriquecer el conocimiento. Y soy un vivo ejemplo de ello, porque realizo mis estudios en Administración y finanzas en línea en la UTEL.